sábado, 20 de julio de 2013

"Perro, después de un paseo en una tarde de verano". (Detalle, Oleo sobre tela)



Cuando mis dueños se enojan, lo único que tengo que hacer es posar como para foto, con la mejor posición que tengo ¡Cómo si Walt Disney me hubiera dibujado! Y entonces, todos me perdonan.
Les estoy diciendo algo muy serio.
La nena me limpia la cola con klinex. “Así como lo oyen”. Después de que  cago.
Debo contar, que mientras el proceso dura, que este es el momento en que entro a la casa, y suceden varias cosas que enumeraré:
1.-La nena, grita como histérica diciéndole al mundo “¡Qué no se suba a los sillones, ni a la cama”.
2.-Nunca falta el acomedido que inmediatamente se presta a sujetarme por el cuello.
3.-Ya que me tienen sujetado, me agarran por mis patas traseras pa que no me mueva.
4.- La nena  me agarra la cola, la jala, cosa que me duele y  pasa un pedazo de papel rasposo. Yo que me limpió con sus mejores sweteres cuando ella sale. Pero parece que no les alcanza para comprar un buen papel de baño.
5.-Pero la nena, mientras hace la obra de limpiarme la cola, sea a cualquier miembro de la familia u extraño que se haya prestado para agarrarme, siempre le  dice “agárralo bien que le voy a pasar el klinex”.
a) O la gente entiende que la nena usa puro klinex, hasta para limpiarle la cola al  perro, o…
b) La gente piensa que la nena a todo pedazo de papel higiénico le llama klinex.
5.-Alguien, regularmente de la familia, y siempre del género masculino, sale a mi defensa, diciendo algo que tiene que ver con daños emocionales  y capacidades cognitivas. Y sale a relucir cuando la nena me pinta las uñas…

Y aquí viene mi cara de Walt Disney. Me echo y abro las patas. Sí, sé que es bajo. Pero no saben las rascadas de huevos que esto me ha prodigado, jaja.